Los créditos se abren con una maravillosa canción de Nancy Sinatra, bang-bang, y en la pantalla los nombres de los protagonistas y el orden en que van a ser liquidados.
La primera parte o el Vol: I de Kill Bill que titula Tarantino, acaba con este dicho: La Venganza nunca es una linea recta. Como en las pelis de Clint Eastwood, ya sea en los spaggetti westerns o como Harry o más adelante en el Jinete Pálido (una de mis favoritas junto a Un mundo perfecto) y Sin Perdón, Uma Thurman, magistral y maravillosa, pulula por la peli cepillandose todo lo que se propone para llevar a efecto su venganza.
La peli es buenísima de la muerte, nunca mejor dicho, se ve sangre a salpicones en cada mutilación. Que talento tiene el puto Tarantino joder, ni Matrix ni anillos ni hostias, así se tienen que hacer la pelis, con el estómago, inteligencia y a saco. Una hora y 45 minutos, es cortísima, queremos más
La primera víctima es una negra, adorable madre de familia, pero entrenada para matar como todos los objetivos de la protagonista, el aniquilamiento del enemigo debe ser la única preocupación del guerrero dice otro presunto proverbio japonés que justifica la primera lucha de la peli.
Luego se monta en una fugoneta pop de color amarillo con el cachondo nombre en la parte trasera de Pussy Wagon, y en el enésimo flash-back volvemos al origen de todo con un rockabilly de Charlie Feathers. A la querida Uma se la querían cargar el día de su boda embarazada y todo, pero fallaron y ese fue el error de los malos.
Capítulo 3: El origen de O-Ren, es la antipática chinita de Ally McBeal que aparece aquí como la reina del mambo de la mafia japonesa, increible, pero te lo tragas. En esto que nos cuenta su historia en unas secuencias anime manga totales, de lo mejorcito de la peli, muy recomendable.
No se me puede olvidar a The 5 6 7 8's, grupito entre los White Stripes y B'52`s que montan un concierto en pleno palacete de los malos, tocan Woo Hoo y es maravilloso, así quiero montar mis fiestas.
Al final nuestra querida Uma vestida como Bruce Lee se carga a to Dios en una lucha sin cuartel contra 400.000 japos con antifaz. Con una espada a medida se cepilla hasta la chinita de los huevos en un duelo final con un tema genial de fondo, el Don't let me be misunderstood de Santa Esmeralda años 70 disco total, y la peli nos deja la incógnita de que a la hija de Uma todavía vive milagrosamente ¿cómo? (continuará)
Bruce Lee, el traje amarillo y Uma