Qué tendrán los niños que van por los parques repartiendo guiños a quien nunca sabe cómo se divierten. Vaya desparpajo despliegan con esa manera de mirarte.
Qué tendrán los niños que buscan los nidos donde las hormigas trajinan muy vivas, y con un palito rompen el camino, ellas desesperan corriendo a tientas, qué misterio encierran que todas en fila siguen a lo mismo, qué habrá que yo no vea al final de ese camino.
Qué tendrán los niños que te dan un aire que no respiraste con esa fruición desde que llevaste largo el pantalón.
Qué tendrán los niños que nunca dejaste que se te acercaran todos a los gritos cantando calumnias al infinito: caca, culo, pito, chichi... y lo repito. Toda su maldad en la boca está, el corazón más limpio que una beldad.
Qué tendrán los niños que nos desesperan con esas maneras de salvajes perdidos en la selva negra. Comen chocolate viendo las estrellas, los pelos se erizan sólo de pensar lo que al sentarte vas a encontrar.
Qué tendrán los niños para darnos tanta vida en un instante, yendo y viniendo de ninguna parte consiguen hacernos perder el blindaje.