Chavales, ya estoy aquí, a ver cómo cuento uno de mis días más desafortunados de mi vida.
El viaje en avión todo según lo previsto, mi hermano se portó como un campeón y me acompañó al Aeropuerto de Palma de Mallorca un domingo por la mañana. Comprobó in situ que la bici iba en el avión antes de salir, con la tarjeta del aeropuerto se acercó a pie del avión, cojonudo!!!. La facturación ningún problema, no me dijieron nada del peso.
La escala de Madrid, 2 horitas que me casqué comiendo el bocadillo de tortilla de jamón tamano industrial, así da gusto hacer una escala en la T4. En el avión eramos 4 gatos, un Air Nostrum, también quise comprobar que la bici iba en el avión, pregunté en el embarque, pregunté antes de entrar en avión, y pregunté a la azafata, por fin, la caja de Spanair que llevaba mi bici entra en avión, todo según lo previsto.
Aterizaje en León, lluvia, en Madrid y en Palma hacía un tiempo cojonudo, pero en León, terrible, me lo tomo con resiganación, recibo la bici y me quedo sólo en la única cinta de la sala de entrega de maletas. Me tomo mi tiempo y monto la bici, poco a poco, soy muy lento y muy torpe, tardo casi una hora, de las 3 y pico que llego, no me marcho con todo listo sobre las 4 y pico, el manillar, el sillín, las alforjas que había montado en la caja con la bici, todo un ritual larguísimo.
Este post sin foto no sirve.... todo se andará, está todo el mundo ya en la cama, y no es cuestión de remover las alforjas y el ruido que hace para mostraros 4 fotos... para la próxima.