El mundo es tan grande sin ti,
madre,
me pregunto dónde estará tu mente
ya ausente,
tu amor es el mismo,
tu mano en mi frente.
Por la calle, de la mano
como dos enamorados,
fiándote del camino
que lleva tu destino.
Te olvidas, te olvidas,
vuelves sobre tus pasos
como niña perdida,
ese hijo, lejos, dónde estará?,
me recordará?,
y eres tú quien olvidó,
nuestros nombres,
nuestra voz.
Tu sufrimiento no es ahora,
ya pasó en otros tiempos,
sintiendo que los extraños
robaban tu lugar de antaño.
Ya no preguntas qué hora es,
ni quién vendrá después de comer,
para ser lo que siempre quisiste ser,
una madre, para mí tan grande,
que el mundo sin ti, se expande.
Lloro porque olvides quien soy,
porque mientras lo recuerdas
sé dónde está tu corazón.
Qué tendrán los niños que van por los parques repartiendo guiños a quien nunca sabe cómo se divierten. Vaya desparpajo despliegan con esa manera de mirarte.
Qué tendrán los niños que buscan los nidos donde las hormigas trajinan muy vivas, y con un palito rompen el camino, ellas desesperan corriendo a tientas, qué misterio encierran que todas en fila siguen a lo mismo, qué habrá que yo no vea al final de ese camino.
Qué tendrán los niños que te dan un aire que no respiraste con esa fruición desde que llevaste largo el pantalón.
Qué tendrán los niños que nunca dejaste que se te acercaran todos a los gritos cantando calumnias al infinito: caca, culo, pito, chichi... y lo repito. Toda su maldad en la boca está, el corazón más limpio que una beldad.
Qué tendrán los niños que nos desesperan con esas maneras de salvajes perdidos en la selva negra. Comen chocolate viendo las estrellas, los pelos se erizan sólo de pensar lo que al sentarte vas a encontrar.
Qué tendrán los niños para darnos tanta vida en un instante, yendo y viniendo de ninguna parte consiguen hacernos perder el blindaje.
Escribiré, escribiré para ti que corres tras la pelota que bota que te quiero con todo y puedo verte reír y no quiero hacerte del hombre el primero sino sincero y qué sentirás cuando seas un entero y no puedas dormir bajo el brasero que ahora soy para ti. Me gustaría pintar tu habitación de colores y sembrar un huerto lloviendo flores para verte crecer rodeado de soles. Te quiero rubio pelo, jardín entero que reconocí un día encima de mí, azul invento, ojos abiertos, empezando a respirar, a conocer el abismo del querer, la magia del calor del ser.
Hojas de mi jardín
que no podéis ni explicarme
lo que habéis visto en los parques
antes de llegar aquí.
Hojas hermosas
sin pertenecer ya a nadie,
el viento que nada sabe
de vuestro pasado abril,
os hace presencia
aunque sin sentir.
Y ya no oleréis más
el perfume del que fue
vuestro guía, vuestro ayer.
Voláis al viento ya lejos
del árbol que os hizo crecer,
los niños juegan ajenos
al misterio de vuestro movimiento.
Hojas de invierno, hojas de otoño
quien tuviera mil ojos
para no perder detalle
de vuestro arrojo.
Hojas de mis veranos
llevadme de la mano
a recorrer los campos
en que de niña fui feliz.
Hojas de primavera,
siempre dais sombra al que espera,
arboláis la tierra entera,
hacéis respirar al árbol
que cubrirá nuestros cuerpos
un día no muy lejano.